Crítica Emergencia: Soy tu Miedo

Crítica Emergencia prime video
Crítica Emergencia | Emergency de Prime Video comienza como una comedia universitaria pero pronto se transforma en un retrato de las profundas divisiones raciales que todavía persisten.
3/5

Emergency (Emergencia) comienza como algo ya visto demasiadas veces, un déjà vu de esas películas norteamericanas ambientadas en los campus universitarios de Estados Unidos el día previo a las vacaciones, pero pronto se transforma en un retrato de las profundas divisiones raciales que todavía persisten en plena época de tolerancia y corrección política, de la imposibilidad de las personas de ayudarse mutuamente si no tienen el mismo color de piel, de los traumas de tantos años de violencia contra los afroamericanos. Una puesta en escena del inconsciente colectivo de una sociedad.

La película responde a su propia pregunta, planteada en una de las clases por una profesora muy blanca y británica a dos estudiantes muy negros y estadounidenses: “¿Por qué la palabra nigger sigue siendo tan poderosa, tan tabú? ¿Por qué genera tanto miedo?” Kunie (Donald Elise Watkins) y Sean (RJ Cyler) se sienten incómodos, enojados, pero no saben qué responder. Y quizás sea por eso: porque una palabra tan cargada de significación está alojada en el cuerpo de cada afroamericano como un sexto sentido que indica peligro y que no se puede racionalizar. 

Crítica Emergencia de Prime Video

Kunie es un dedicado estudiante de biología -“el futuro Barack Obama de las bacterias”-, listo para hacer su doctorado en Princeton; Sean tiene ambiciones más modestas: es el party boy que planea que los dos entren en salón de la fama de su fraternidad al ser los primeros afroamericanos en hacer completo el Legendary Tour: ir a las siete fiestas de las distintas casas del campus -a las que solo se accede con pases difíciles de conseguir- en la primera noche del spring break.

Cuando vuelven a su residencia -que comparten con Carlos (Sebastian Chacon), un latino adicto a los videojuegos- para preparase para su noche épica, descubren a una desconocida -rubia, demasiado joven y caucásica- tirada en el piso, inconsciente, con lo que parece una borrachera tamaño natural. Kunie quiere llamar al 911, pero Sean lo convence de que la escena es demasiado sospechosa -dos negros y un latino con una perfectamente blanca chica semimuerta en su casa- como para que la policía no dude en disparar. 

Cuando los tres deciden llevarla en auto a un hospital, Emergency se aleja definitivamente de los tropos comunes de la comedia universitaria para jugar con distintos géneros sin establecerse en ninguno, con el racismo y el miedo que condicionan esa intención de ayudar a una desconocida y la traducen en acciones cada vez más estúpidas e imprudentes en el recorrido por una periferia del campus que se muestra llena de contrastes sociales. La película pierde por momentos el centro de gravedad que la hacefuncionar como un mapa emocional de un país, y el guion parece terminar justificando ese estado de sospecha permanente que cae en el comportamiento errático de los jóvenes.

Emergency –que ganó el Festival Sundance este año– toma elementos del terror y del thriller para hacer de Estados Unidos una topografía de la paranoia, en la que todos tienen miedo -los vecinos de clase media de ver a jóvenes negros circulando por su barrio y los negros de clase baja de ver a jóvenes blancos circulando por su barrio: la hermana y los amigos de la chica, que la ubican por el CGP del celular y siguen de cerca las acciones-, como si fuera un territorio de denunciadores seriales en el que todos vigilan y son vigilados. 

El director Carey Williams crea tensión a partir de escenas largas que tienen su propio peso específico, con diálogos que no solo muestran la división racial dentro de la sociedad sino también la interracial. Kunie viene de una familia de profesionales que representa a la clase negra acomodada; Sean es la calle, con un hermano con libertad condicional y una historia llena de peligros policiales. Es en esa diferencia que se pone en juego la ética de la solidaridad. Porque el miedo es la mano de obra del racismo. Y también, de las malas decisiones.

Dirección: Carey Williams  Guion: KD Davila  Fotografía: Michael Dallatorre  Música: Rene G. Boscio  País: Estados Unidos  Duración: 105 min.  Con Donald Watkins, RJ Cyler, Maddie Nichols, Sebastian Chacon, Sabrina Carpenter, Madison Thompson, John Cenatiempo, Nadine Lewington, Charity Cervantes.

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