Bodas de Plomo: Jennifer López y Josh Duhamel se ponen salvajes
Shotgun Wedding (Bodas de Plomo) es perfectamente ridícula, salvaje y delirante, como prometía su nota de prensa: “Duro de Matar en una boda de destino”. La película le cambia el registro a la típica comedia romántica para intentar un humor más agresivo e ingenioso. Termina siendo un híbrido fuera de control: drama de pareja, familias disfuncionales, thriller psicodélico y una exhibición ostentosa de la indeleble pop star.
Estamos en el lujoso resort de una isla privada en Filipinas para el casamiento de Darcy (Lopez) y Tom (Duhamel). Una atmósfera cargada de hostilidad pasiva amenaza con arruinar su matrimonio antes de que comience: ella es la que exhibe su repertorio de inseguridades, la que no quería fiesta, la que se emocionaba pensando en fugarse con su hombre para casarse en algún lugar remoto donde el destino los llevara; él es el obsesivo que ve cómo cada detalle que planificó con cuidado para el evento no sale como lo había imaginado.
La pareja está en estado de estrés permanente: un suegro millonario (Cheech Marin) que desaprueba la relación; una suegra excéntrica (Sonia Braga) que desaprueba la nueva novia new age de su ex marido; otra suegra kitsch y supersticiosa (Jennifer Coolidge); y la llegada en helicóptero del tipo cool que desborda todo el carisma que no tiene el novio: el ex de la novia (Lenny Kravitz). Si la noche del ensayo fue una pesadilla pre nupcial, el día del casamiento una banda de piratas asalta la isla y toma de rehenes a todos los invitados, mientras la pareja estaba tan ocupada maltratándose que logra escapar de los captores.
El discreto encanto del romance y la acción
Dirigida por Jason Moore (Pitch Perfect) y escrita Mark Hammer, Bodas de Plomo por momentos intenta ser oscura y violenta, pero el carisma fácil y el histrionismo de sus protagonistas hacen que nunca deje de ser una comedia sobre una pareja en crisis que hace catarsis disparando una AK-47 y arriesgando la vida por el otro. Lopez (Marry Me, Hustlers, The Boy Next Door) y Duhamel lo dan todo, asimilan el absurdo de la trama y crean un clima de amor-odio que por debajo transmite una dulzura a prueba de catástrofes.
Entre los argumentos sobre la mejor manera de atrapar a un pirata con la guardia baja y una discusión sobre cómo explotará una granada en la mano de Darcy si ella la suelta, hay una conexión agradable y sincera entre los dos.
El elenco de apoyo está repleto de artistas muy queridos, que sirven como figuras sin relieve pero que aportan diversidad y caos a la trama: Jennifer Coolidge hace de Jennifer Coolidge en The White Lotus como la madre despistada de Tom; Sonia Braga y Cheech Marin como los padres en guerra de Darcy; D’Arcy Carden como un instructora de yoga insana y Lenny Kravitz como el ex novio hot, humanitario y zen.
Bodas de Plomo no es lo suficientemente mala como para ser insultante, ni lo suficientemente buena como para dejar alguna marca o lo vergonzosamente estúpida como para sentir placer culpable. A veces ingeniosa y la mayoría del tiempo una fórmula aplicada, es un tour de force por las curvas de una megaestrella en el equilibrio precario del romance y la acción, una historia psicodélica sobre un romance roto con piratas y con los hiperricos que vuelven a ser los únicos héroes en este lio.
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