La última obra maestra cinematográfica de Christopher Nolan, Oppenheimer, abarca diversos elementos cautivadores. Primordialmente, se trata de una película biográfica sobre el renombrado físico estadounidense J. Robert Oppenheimer, una interpretación brutal de Cillian Murphy. Más allá de eso, la película se sumerge en las complejidades de la política en tiempos de guerra y el macartismo en su peor momento, al mismo tiempo que presenta un deleite visual con la hermosa cinematografía de Hoyte van Hoytema.
Inspirada en el libro ganador del Premio Pulitzer American Prometheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer, escrito por Kai Bird y Martin J. Sherwin, Nolan presenta su obra más madura y segura hasta la fecha, aprovechando sus tres horas de duración para ahondar en la culpa, el remordimiento, el legado y las consecuencias de poner fin a una guerra, pero a un costo mucho mayor.
Nolan ha explicado que el equipo de producción logró realizar su propia versión de la Prueba Trinity, la primera prueba de la bomba atómica en el mundo, de manera práctica. En esta entrevista con Esquire, Nolan se sentó con el renombrado físico, el profesor Brian Cox, para hablar sobre la ciencia detrás de la película y la reproducción nuclear, el uso de la inteligencia artificial en el mundo actual y la preparación del elenco en la terminología científica, entre muchos otros temas.
El compromiso de Christopher Nolan con la Ciencia
Nolan ha sido durante mucho tiempo un defensor de incorporar brillantes mentes científicas que lo ayuden a producir conceptos más realistas y, por lo tanto, cautivadores, que sirvan como anclajes más sólidos para su trabajo. Su trabajo de ciencia ficción siempre ha intentado incorporar alguna forma de trabajo histórico o científico, comenzando con The Prestige (2006), que presentó a Nikola Tesla como un personaje secundario. Sin embargo, el más notable fue su colaboración con el físico y premio Nobel Kip Thorne.
Thorne fue el asesor científico de la película de ciencia ficción de Nolan en 2014, Interstellar. La experiencia de Thorne fue fundamental para asegurar que la representación de agujeros negros y otros fenómenos astrofísicos en la película fuera lo más precisa y científicamente plausible posible. Thorne proporcionó información valiosa y orientación científica para ayudar a Nolan a crear una representación visual impresionante y fundamentada en la ciencia del cosmos.
Su colaboración en Interstellar fue bien recibida, y la película recibió elogios por su precisión científica al tiempo que ofrecía una experiencia cinematográfica atractiva y provocadora. La película mostró el compromiso de Nolan con el realismo y la autenticidad científica en su narrativa, y Thorne también publicó un libro titulado La Ciencia de Interstellar, que explicaba cómo el equipo logró producir imágenes consistentes con la teoría de los agujeros negros.
Thorne y Nolan colaborarían nuevamente, en un sentido un poco más libre, para la película de Nolan en 2020, Tenet, que se centró en una suposición basada en la ciencia real que proponía que los objetos o humanos podrían moverse hacia atrás en el tiempo al invertir la entropía. Thorne ayudó con algunos de los conceptos, pero según la propia admisión de Nolan, la película no fue diseñada para ser científicamente precisa de la manera en que lo fue gran parte de Interstellar.