Agosto de 1944. Aviones estadounidenses bombardean la ciudad francesa de Saint-Malo ocupada por los nazis. En el altillo de una casa, una niña ciega transmite un programa de radio clandestino: lee 20000 Leguas de Viaje Submarino de Julio Verne como una contraseña secreta y personal para que su tío y su padre desaparecidos puedan regresar a casa. No muy lejos de ella, en un hotel de lujo convertido en una oficina de espionaje, un soldado alemán escucha sus palabras. Sus vidas están conectadas de una manera fantasmática. Pero mientras las bombas caen, ellos desconocen la fuerza que los une.
Así comienza La Luz Que No Puedes Ver (All the Light We Cannot See) la miniserie de Netflix de cuatro episodios que adapta de el best seller ganador del Premio Pulitzer de Anthony Doerr, una novela que abarca años y gran parte del continente europeo en una epopeya bélica que intenta encontrar los restos de humanidad que quedan en medio de un conflicto genocida, donde la radio es un espacio de imaginación, conocimiento y encuentro y los diamantes, las maldiciones ancestrales y los códigos secretos están atravesados por la muerte y la esperanza.
La Luz que no Puedes Ver de Netflix explora la esperanza en medio de la guerra
La luz que no Puedes Ver comienza con el bombardeo de Saint-Malo, pero son varios años de historia que conectan a los dos personajes hasta llegar a este punto. Los flashbacks exploran la infancia de cada uno, utilizando la II Guerra Mundial como marco narrativo (la serie se desarrolla en su mayoría en el presente de Saint-Malo, uno de los muchos cambios que realiza la adaptación de Knight con respecto al libro). Sin embargo, la cronológica alternada crea una sensación de inevitabilidad, como si todos los sucesos en la vida de los dos formaran parte de la lógica inexplicable de un destino compartido.
La joven ciega es Marie-Laure LeBlanc (Aria Mia Loberti), que antes de la guerra vivía en París con su padre Daniel (Mark Ruffalo), maestro cerrajero del Museo de Historia Natural de la capital francesa. Él construye un modelo a escala de su barrio para que ella recorra las calles con sus manos y active su memoria espacial. También le habla de una de las maravillas de Museo: el diamante conocido como el Mar de Llamas, una gema marcada por una leyenda: quien lo posea vivirá para siempre, pero que sus seres queridos sufrirán grandes desgracias.
Los oídos de Marie son su ojos. Todas las noches escucha en una frecuencia de radio -la 13.10- a una figura conocida como El Profesor, que le habla a toda Europa sobre ciencia y literatura, sobre la imaginación y la realidad, sobre la fenomenología de la oscuridad y la luz. Cuando la invasión nazi llega París, los obliga a huir a Saint-Malo, a la casa de los tíos de Daniel, Etienne (Hugh Laurie) y Manec (Marion Bailey).
Werner Pfennig (Louis Hofmann), también escucha al Profesor en un orfanato alemán. Es un prodigio de las comunicaciones, capaz de construir y reparar radios en las más precarias condiciones. Su talento llama la atención de una academia nazi de élite, que lo convierte en un soldado. Cuando lo envían a la Guerra para detectar transmisiones de radio ilegales, son las palabras de El Profesor las que permiten que siga siendo humano. Tanto Werner como Marie consideran esas reflexiones como un salvavidas al que aferrarse mientras el mundo se oscurece a su alrededor.
La Luz Que No Puedes Ver busca el lado luminoso de la vida
Loberti y Hofmann -conocido por su trabajo en la serie alemana Dark– crean un retrato de una juventud empalagosamente esperanzada y bondadosa. En La Luz que no Puedes Ver no hay complejidad, no hay fisuras éticas. Los primeros planos de Shaw Levy de Marie la muestran menos como una persona que como una idea -la benevolencia humana- y el guion de Steven Knight hace que cada actor interprete a un personaje y no algo parecido a la vida real -poco ayuda que todos hablen en una inglés afectado, a pesar de que los soldados nazis son interpretados por actores alemanes-.
La idea de que “todo tiene una voz, sólo hay que saber escuchar” es una cosmovisión filosófica que Marie comparte con su padre y una frase que se convierte en un mantra -al igual que “ya llegan los norteamericanos, ya llega la libertad”-, cuya repetición la va despojando lentamente de todo significado real. Por otro lado, la serie deja en claro que Werner no es nazi: solo un chico con talento que nació en el país equivocado. La Luz que no Puedes Ver atrasa 20 años del cine con su puesta en escena de gente tan buena contra los monstruos perfectamente malos del nazismo.
La Luz Que No Puedes Ver convierte las ideas en tópicos y pone en primer plano los lugares comunes de la guerra, despoja de misterio a la novela y se apresura a conectar hilos narrativos paralelos de manera poco convincente. Shawn Levy -que dirigió los cuatro episodios- y Steven Knight elaboran una trama bélica como si fuera un cuento de hadas, en el que una princesa ciega es rescatada por su príncipe con uniforme nazi.