De los personajes principales de Toy Story, Buzz Lightyear es el que tenía el trayecto más corto, por ser un juguete nuevo que no contaba con un antecedente, como si lo hacían Buddy y Jessie. Si Pixar quería narrar una historia de Buzz, tenía que ir más allá de la trama sobre juguetes que cobran vida cuando su dueño no los está viendo: Lightyear es una aventura espacial que sirve para crear el juguete que en 1995 le regalaron a Andy para su cumpleaños. Así nace este divertido spin-off sobre uno de los personajes más reconocidos del universo de Disney.
Pero en esta historia Buzz no está acompañado de vaqueros, dinosaurios ni de señores cara de papa. Él no es un juguete, sino su versión humanizada, realizada por computadora. El director de The Incredibles (Los Increíbles, 2004) y Finding Dory (Buscando a Dory, 2016), Angus MacLane, -conocedor del planeta plástico con el cortometraje Toy Story of Terror! (Story de Terror , 2013)-, es el encargado de dirigir Lightyear, una auténtica experiencia noventera, donde rebalsan los efectos especiales y se reviven las fantasías sobre llegar al espacio.
Esta vez será el actor Chris Evans (Capitán América: El Primer Vengador, The Grey Man, Ghosted) quien le de vida al personaje, otorgándole complemento y distinción para lograr diferenciarse de Tim Allen con un estilo único para recrear la voz de Buzz.
Quien escolta al guardián espacial es la comandante Alisha Hawthorne, su mejor amiga y compañera de aventuras. Juntos se embarcan en una misión especial en un planeta desconocido, donde Buzz relata su propia bitácora de viajes, haciéndola pasar por un registro de misión, tal como lo hace en las películas de Toy Story. A esta versión no le agradan tanto los novatos y tampoco la función de piloto automático de su nave espacial. Vemos a un Buzz mucho más flexible y con movimiento, pero de temperamento tosco en su personalidad.
Buzz y Alisha no viajan solos en su nave nodriza: los acompañan una extensa tripulación de ciencia y tecnología. Cuando se detienen para investigar este planeta inexplorado, se encuentran con algunas amenazas: monstruosas enredaderas e insectos voladores gigantes. No hay mejor decisión que volver a casa. Pero una salida apresurada hace que Buzz dañe el contenedor de combustible, dejándolos varados en un terreno hostil y peligroso. La única solución es realizar una maniobra que alcance el nivel de hipervelocidad al 100% para poder utilizarlo como fuente de energía de la nave. Misión imposible, pero no para Buzz Lightyear.
Luego de un año de asentamiento logran fabricar combustible para sus pequeñas naves, lo que le permite al guardián espacial su primer vuelo de prueba. Pero Buzz fracasa en el intento y al regresar, la dilatación del tiempo de su vuelo de 4 minutos significa que todo el resto de la tripulación ha envejecido más de 4 años. Con cada búsqueda sin descanso, realizando vuelos de prueba, este proceso se intensifica.
Mientras Buzz sigue teniendo la misma edad, termina por ver envejeciendo a todos los que alguna vez fueron sus colegas. No desiste en su misión, incluso cuando la colonia decide no realizar más intentos para volver a lo que alguna vez fue su hogar. Pero cuando surge una nueva amenaza en forma de una nave extraterrestre liderada por su gran oponente Zurg y su ejército de robots, Buzz se ve obligado a rebelarse.
Lightyear, la historia de origen del juguete de Toy Story
Con Lightyear podemos entender un poco mejor algunos diálogos de Buzz en la saga Toy Story y algunas frases icónicas como “hasta el infinito y más allá”. Todo tiene un porqué y en este film se encargan de facilitar el contenido de la historia al espectador. Las imágenes son impresionantes, palpitan con colores luminosos, y hay un buen trabajo detallado de los personajes, que se combinan con las contribuciones de los actores de voz. La banda sonora de Michael Giacchino complementa los potentes efectos visuales, y abarca desde momentos tranquilos e íntimos hasta el suspenso intenso.
La construcción de los personajes es lo más destacable de la película, y la elección de los actores de voces aún más. Acompañando a Chris Evans en el elenco, se encuentran Keke Palmer, Bill Hader, James Brolin y Taika Waititi. Peter Sohn encarna la voz del miembro más carismático: Sox, el adorable gatito autómata, que termina siendo una linda versión del clásico compañero animal de Disney. Y para generar controversias, la incorporación de un personaje queer de manera tan natural y sin prejuicio alguno, es todo lo que necesitábamos en un film del 2022.
Como toda película de Pixar, Lightyear está llena de momentos conmovedores, dentro de un mundo enérgico y de aventura, con mucho atractivo para los niños y un factor de nostalgia significativo para los fanáticos de la ciencia ficción de los años 90’s.
Hay chistes divertidos que humanizan la tecnología y una impactante calidad de efectos especiales. Si bien la trama no es de lo más sólido, posee condimentos esenciales a la hora de desarrollar el relato individual de un personaje, y la narrativa va corrigiendo los defectos mientras avanza la historia: un inicio bastante lento e introductorio que es compensado con todo el fervor de la acción que sucede en los últimos 25 minutos de proyección.
Lightyear cuenta con un guion supeditado a la continuidad temporal de la primera entrega de Toy Story, creando de manera sostenible un propio universo con una historia independiente que se mantiene constante de manera correcta, pero carece de varias distinciones narrativas que no concluyen en el impacto necesario que requiere un puesto entre los grandes éxitos de Pixar. Es explosiva y dinámica, pero carece de sentimentalismo. La idea funciona, pero como las decenas de intentos de Buzz por conseguir la hipervelocidad al 100%, se queda a mitad de camino.