Re Granchio (La Leyenda del Rey Cangrejo), dirigida por los documentalistas italianos Alessio RIgo de Righi y Matteo Zoppis (Belva Nera, Il Solengo), es una fábula-western que presenta a Luciano (Gabriele Silli), un “santo” conocido en Vejano por ser el hijo rebelde del doctor, un hombre ajeno a su reputación, un artista que lleva una rara relación con su amiga de toda la vida Emma (María Alexandra Lungu). Ella logra despertar algún tipo de esperanza en Luciano, que llega a dudar de su estilo de vida bohemio, pero Emma está comprometida con el príncipe y amo del pueblo (Enzo Cucchi).
La Leyenda del Rey Cangrejo, un western místico italiano
El noble ordena a sus guardias que asesinen a Luciano, quien inicia una venganza demasiado emocional para no ser torpe, una revuelta demasiado improvisada para no estar destinada al fracaso. Luciano debe exiliarse tras asesinar accidentalmente a su amante, dando pie a la segunda parte de su mito. El rumbo de la historia cambia drásticamente: el escenario ahora es el fin del mundo, Tierra del Fuego, donde buscará con otros exploradores un mítico tesoro que dejará tras ellos sangre y traición.
La fuerza visual de La Leyenda del Rey Cangrejo se asienta en los westerns italianos de los 70’s, no solo por la rítmica, sino también por la técnica con la que está compuesta: el uso hiperbólico del zoom, largos primeros planos y escenarios naturales que son contrastados con lentes de gran angulación.
Complementado con la música tradicional, que entrega tonalidades de campo, pueblo y desolación, el film hace que seamos parte de la historia, como si los directores quisieran dejar en claro que no hay escape, no hay a dónde correr, que debemos acompañar a Luciano en su travesía, en la búsqueda de un consuelo que nunca llegará, de un tesoro hecho de codicia, venganza y muerte.