La muerte persigue a las hermanas Garvey como una sombra obstinada. En el final de la temporada 2 de Bad Sisters no matan a nadie, pero el flashback con la secuencia completa de la muerte de Grace (Anne-Marie Duff) deja ese vacío que solo las pérdidas saben tallar en el pecho de los vivos.
Las hermanas Garvey ya habían matado antes. O casi. Si en la primera temporada el antagonista principal fue el primer marido de Grace – John Paul Williams (Claes Bang), ese bastardo al que llamaban The Prick – , la segunda temporada presentó a un nuevo lobo disfrazado de cordero: Ian Reilly (interpretado por Owen McDonnell). En sus primeras apariciones, Ian parece demasiado buen tipo como para no esconder algo inquietante. Su relación con Grace y las hermanas evoluciona de la comprensión y el consuelo a un abuso sin filtros.
El final de la temporada 2 de Bad Sisters: Quién es Ian Reilly
En el episodio 3, Grace muere en un accidente de auto. Pero en el final de la temporada 2 de Bad Sisters, titulado Cliff Hanger, vemos que fue después de descubrir que Ian es una clase de monstruo diferente a JP. Hay algo demoledor en esa última noche de Grace. La vemos confesarle a Ian que mató a JP. La vemos descubrir que él – que en realidad se llama Cormac Sweeney – tiene otra familia. La vemos juntar coraje para enfrentarlo. “¿Alguna vez nos amaste?”, le pregunta Grace. “Eras solo un objetivo”, responde él, como quien comenta el clima.
Ian es un policía corrupto. Un estafador. Un chantajista que la usó como si fuera una pieza más en su colección de mentiras. La revelación de su bigamia y su manipulación financiera muestra la forma en que hombres como él operan, encubiertos y protegidos por un sistema que los favorece.
Grace muestra un atisbo de fortaleza al negarse a ceder ante el chantaje. Y después viene el accidente, ese giro del destino que parece una broma cruel del universo: Grace muere justo cuando había encontrado la fuerza para pedir ayuda, para liberarse una vez más.
Las hermanas Garvey son como esas heroínas trágicas que la vida insiste en poner a prueba. Eva (Sharon Horgan), Ursula (Eva Birthistle), Bibi (Sarah Greene) y Becka (Eve Hewson) intentan proteger el legado de Grace mientras lidian con un sistema que protege a los monstruos. Porque esa es la verdadera batalla: no contra Ian/Cormac, sino contra una institución policial que encubre a los suyos como quien guarda secretos familiares.
En el final de la temporada 2 de Bad Sisters, la justicia llega de la mano menos esperada: Angelica (Fiona Shaw), la vecina entrometida, la que todos creían villana, termina siendo quien le parte la cabeza a Ian con un palo de hurling. No lo mata -las Garvey ya aprendieron que la muerte no resuelve nada- pero le deja una marca que ni toda la corrupción policial podrá borrar.
Sí, intentan tirarlo de un acantilado pero el hombre sobrevive y amenaza con acciones legales desde el hospital. La aparición del detective retirado Fergal Loftus (Barry Ward) y de Una Houlihan (Thaddea Graham), la voz de la conciencia dentro del sistema corrupto de la policía, disuade a Ian de continuar con acosando a las hermanas.
El final de la temporada 2 de Bad Sisters y qué pasará con la temporada 3
Al final de la temporada 2 de Bad Sisters, las hermanas Garvey hacen lo que siempre hicieron: sobreviven. Se tienen las unas a las otras. Lloran a Grace en el acantilado, dejan que sus cenizas se mezclen con el mar irlandés. Y aunque la justicia que consiguen es imperfecta -como todas las justicias humanas-, al menos pueden decir que esta vez sus manos están limpias.
Las malas hermanas ya no son tan malas. O quizás nunca lo fueron. Quizás solo eran mujeres tratando de protegerse en un mundo que insiste en convertirlas en víctimas. Un mundo donde los monstruos usan placas de policía y anillos de matrimonio para camuflarse.
“Creo que a todas les gustó tener a alguien con quien estar realmente enojadas. Hubo una catarsis de eso en la primera temporada”, explicó la creadora y protagonista de Bad Sisters, Sharon Horgan. “Así que con la segunda temporada, se presenta de una manera diferente. Espero que al final, haya un tipo de sentimiento similar. Había otros temas que quería explorar y otros enemigos más grandes como la policía y ese patrón institucional de no tratar a las víctimas femeninas de la manera en que deberían ser tratadas”.
Horgan no sabe si habrá una tercera temporada de Bad Sisters. “¿Cuánta gente más podríamos matar? Hay programas como White Lotus y Beef donde puedes empezar de nuevo con un elenco completamente nuevo y puedes intentarlo. Pero con estas hermanas, tienes que creer que pueden estar en esa situación nuevamente. Porque la razón por la que el programa funciona es porque la gente cree en su situación, y pudimos hacer lo que quisimos esta vez, porque es todo lo que sucedió en la primera temporada”.
“Pienso todo el tiempo en ver qué pasa”, continuó Horgan. “Pero eso es lo complicado. Hay que creer de verdad que a estas mujeres les puede volver a pasar”. ¿Cuántas veces más podemos creer que estas mujeres se encuentren en situaciones así? ¿No es esa la pregunta que nos hacemos todos los días cuando leemos las noticias?
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