La serie limitada No Digas Nada (Say Nothing) de Disney+, basada en el libro homónimo de Patrick Radden Keefe, revive uno de los capítulos más oscuros y complejos de la historia moderna: The Troubles. Este conflicto, que abarcó casi tres décadas de enfrentamientos en Irlanda del Norte, dejó cicatrices profundas en la región, enfrentando a nacionalistas católicos y unionistas protestantes en una lucha por la identidad, el poder y el territorio.
Estamos en la década de 1960, en el oeste de Belfast, un momento en que se intensifica la violencia entre los leales protestantes y el Ejército Republicano Irlandés Provisional (IRA), el grupo paramilitar republicano más activo durante el conflicto.
A lo largo de nueve episodios, No Digas Nada explora las raíces, consecuencias y dilemas éticos de The Troubles través de personajes reales: Dolours Price, el oficial al mando Brendan “The Dark” Hughes y Gerry Adams, el futuro presidente del partido irlandés Sinn Féin. (Adams, que ahora tiene 76 años, negó por mucho tiempo haber sido miembro del IRA o haber participado en cualquier acto de violencia relacionada con el grupo, a pesar de la evidencia que indicaba lo contrario).
El contexto histórico de la serie No Digas Nada
Para entender el contexto de No Digas Nada, es necesario retroceder en la historia de Irlanda. En 1921, tras la Guerra de Independencia Irlandesa, el Reino Unido dividió la isla en dos territorios: Irlanda del Norte, con una mayoría protestante unionista leal al rey, e Irlanda del Sur (ahora la República de Irlanda), predominantemente católica y autónoma. Sin embargo, esta partición no resolvió las tensiones. En Irlanda del Norte, los católicos enfrentaron décadas de discriminación en cuestiones vitales como el empleo, la vivienda y la representación política, lo que alimentó su creciente resentimiento.
La década de 1960 marcó un punto de inflexión. Inspirados por el movimiento de derechos civiles en Estados Unidos, los católicos comenzaron a exigir más igualdad. Estas protestas pacíficas a menudo eran respondidas con violencia por parte de las fuerzas de seguridad y los civiles protestantes. Eventos como la emboscada en Burntollet Bridge en 1969 y el Domingo Sangriento en 1972, cuando soldados británicos mataron a 26 personas desarmadas, radicalizaron a muchos jóvenes, impulsándolos a unirse al Ejército Republicano Irlandés Provisional (IRA).
El secuestro de Jean McConville en el primer episodio de No Digas Nada
No Digas Nada comienza su historia con el secuestro de Jean McConville, viuda y madre de diez hijos, un caso que simboliza la tragedia humana de esta guerra no declarada. En diciembre de 1972, McConville fue sacada a la fuerza de su hogar en Belfast por miembros del IRA, acusada de ser informante del gobierno británico. Décadas después, investigaciones independientes y el testimonio de sus hijos no encontraron evidencia de esta acusación. Según su familia, Jean simplemente mostró humanidad al ayudar a un soldado herido, un acto que algunos en su comunidad interpretaron como traición.
En grupo que secuestró a McConville estaba integrado por cuatro mujeres y ocho hombres. Muchos de ellos iban enmascarados y al menos uno portaba un arma. Los diez hijos de McConville, cuyas edades oscilaban entre los 20 y los seis años, se dieron cuenta de que los secuestradores de su madre no eran desconocidos: eran sus vecinos de Divis Flats, un complejo de viviendas públicas en el oeste de Belfast que tenía una población “casi en su totalidad católica” y era “un bastión de la resistencia armada”, escribe Patrick Radden Keefe en su libro.
Los hombres y mujeres que se llevaron a la viuda de 38 años ese día también eran miembros de la Brigada de Belfast, una facción local del IRA Provisional, que se consideraban los únicos sucesores legítimos del IRA original, que luchó de 1919 a 1921 en la Guerra de Independencia de Irlanda. En 1969, el IRA estaba prácticamente extinto y, como escribe Keefe, promovía por una “resistencia pacífica a través de la política”. El descontento con este enfoque por parte de los católicos llevó al surgimiento de los Provos ese año.
Los Provos creían que la resistencia armada era necesaria para asegurar finalmente una Irlanda independiente y desocupada. La misión del nuevo ejército era poner fin al dominio británico en Irlanda del Norte y facilitar la reunificación irlandesa.
McConville, a quien Keefe describe en No Digas Nada como una mujer pequeña y pálida que “había pasado casi la mitad de su vida embarazada o recuperándose del parto”, había sido acusada de ser una “tout”, una expresión irlandesa que significa informante. Las personas que el IRA consideraba traidoras eran asesinadas y sus cuerpos abandonados en la calle como advertencia para cualquiera que considerara compartir información con los británicos.
En 2003, su cuerpo fue hallado en una playa de Irlanda tras las confesiones de Dolours Price, una destacada miembro del IRA.
Quién es Dolours Price, el personaje de Lola Petticrew en No Digas Nada
Dolours Price (interpretada en No digas Nada por Lola Petticrew), una de las primeras mujeres en ser aceptadas como miembro pleno del IRA, representa la determinación y sacrificio que definieron el conflicto. Creció en una familia que había luchado por la causa republicana irlandesa durante varias generaciones. Su tía, Birdie, perdió las dos manos y la vista en 1938 mientras ayudaba al IRA a trasladar un depósito de explosivos que detonó de manera imprevista.
En su adolescencia, Price siguió los pasos de su familia, pero intentó hacerlo a través de la no violencia, siguiendo el ejemplo del movimiento por los derechos civiles de Estados Unidos. Pero el incidente de 1969 en el puente Burntollet (como muestra el episodio 1 de No Digas Nada), en el que 100 manifestantes pacíficos resultaron heridos tras ser emboscados por casi 300 protestantes leales, la radicalizó.
En 1971, Dolours Price, junto con su hermana menor, Marian, pidió unirse al IRA. Hasta ese momento, a las mujeres solo se les permitía formar parte del Consejo de Mujeres, el ala auxiliar femenina del IRA. Las dos adolescentes se convertirían en las primeras mujeres aceptadas como miembros plenos en la historia de la organización.
Tras los eventos del Domingo Sangriento, Dolours Price abrazó la lucha armada, participando en atentados y operaciones secretas. Sin embargo, sus años en prisión y la introspección posterior la llevaron a cuestionar la legitimidad de la violencia que había defendido.
¿Qué pasó con Dolours Price después del atentado de Old Bailey?
Después del atentado de Londres, Dolours Price y Marian fueron condenadas por conspiración y sentenciadas a 20 años en la prisión de Brixton, una instalación de alta seguridad solo para hombres. Pero debido a la larga historia de fugas de cárceles del IRA, los británicos no querían correr ningún riesgo con las jóvenes, ahora conocidas como las “Hermanas del Terror”. Después de que se les negara su solicitud de cumplir sus sentencias como prisioneras políticas y ser trasladadas a una prisión de la Isla Norte, las hermanas iniciaron una huelga de hambre (como muestra el episodio 6 de No Digas Nada).
En 1981, después de 208 días de negarse a comer y de ser alimentadas a la fuerza, Dolours Price y Marian fueron enviadas de regreso a Irlanda del Norte, donde cumplieron el resto de su condena en una prisión de mujeres. Dolours fue liberada en 1981 por razones de salud, casi un año después de Marian, y prometió que una vez que saliera se dedicaría a “instar a sus compañeros católicos a abstenerse de la violencia”.
Después de pasar ocho años en prisión, Dolours comenzó a cuestionar la “cultura del autosacrificio” del IRA y cómo eso la llevó a participar en actos de violencia que ya no sentía que podía defender. En 1983, se casó con el actor irlandés Stephen Rea, tuvo dos hijos y comenzó a trabajar como periodista. Pero Dolours Price vivió con el trauma y la culpa de su pasado, luchando contra el alcoholismo, la adicción a las drogas y el trastorno de estrés postraumático hasta su muerte en 2013 por una sobredosis accidental a la edad de 61 años. (Fue el obituario de Dolours Price en el New York Times lo que inspiró a Keefe a escribir No Digas Nada).
Antes de que Dolours Price falleciera, ella y otros exmiembros del IRA se reunieron con el Belfast Project para hablar sobre su experiencia como miembro de los Provos. Lo que revelaron ayudó a varias familias a comprender lo que les sucedió a sus seres queridos desaparecidos tiempo atrás, incluidos los McConville.
¿Qué es el Proyecto Belfast?
El Proyecto Belfast es una historia oral del conflicto liderada por el periodista y escritor irlandés Ed Moloney. El objetivo del proyecto, creado por el Boston College, era entrevistar a antiguos miembros del IRA y del IRA Provisional con la esperanza de elaborar un estudio para las generaciones futuras sobre “la fenomenología de la violencia sectaria”.
Con la ayuda de Anthony “Mackers” McIntyre, un nativo del sur de Belfast y voluntario de los Provos que había pasado 17 años en prisión por el asesinato de un oficial leal, los miembros de primera línea de los ejércitos paramilitares dieron entrevistas al Proyecto Belfast sobre las acciones del IRA. Sus entrevistas eran anónimas y no podían hacerse públicas hasta después de su muerte (el IRA siguió siendo una organización ilegal hasta 2005, cuando anunció formalmente el fin de su campaña armada, y la honestidad de los ex miembros podría haberlos llevado a la cárcel).
McIntyre comenzó a realizar entrevistas en 2001, buscando a aquellos Provos que habían tenido un enfrentamiento con Gerry Adams (interpretado en No Digas Nada por Josh Finan), quien, desde que se convirtió en político en 1983, había negado tener cualquier relación con el grupo. McIntryre y Moloney hablaron con más de 40 ex miembros paramilitares. Durantes sus entrevistas con el Proyecto Belfast, Brendan “el Oscuro” Hughes (Anthony Boyle en la serie) y Dolours Price acusaron a Adams de autorizar asesinatos, incluido el de McConville.
Quién es Brendan “The Dark” Hughes, el personaje de Anthony Boyle en No Digas Nada
Brendan “The Dark” Hughes era un oficial al mando, también conocido como “el OC”, de la Compañía D del IRA Provisional. Hughes, que pasó gran parte de The Troubles entrando y saliendo de prisión, estaba totalmente comprometido con la causa y rápidamente se convirtió en el objetivo de los paramilitares leales, la policía, el ejército británico y el IRA oficial. También fue un confidente cercano de Gerry Adams durante los años más violentos de los disturbios.
Dos años después de la muerte de Hughes en 2008, Moloney escribió el libro Voices from the Grave (Voces Desde la Tumba), en el que utilizó las entrevistas que Hughes le hizo en el Proyecto Belfast para contar la historia de su paso por los Provos. La historia que Hughes contó fue de desilusión, decepción y arrepentimiento.
En su testimonio, Hughes afirmó que Adams era el líder de los Desconocidos (The Unknowns), un equipo de “cazadores de cabezas” que realizaban un trabajo peligroso, secreto y a veces desagradable. Hughes afirmó en las entrevistas que Jane McConville había admitido ser informante de los británicos y que, por eso, creía que su asesinato estaba justificado. Hughes también afirmó que Adams había ordenado personalmente la ejecución.
Gerry Adams negó las acusaciones de Hughes y dijo en una declaración: “Conocí bien a Brendan Hughes. No estaba bien y no lo había estado durante mucho tiempo, incluso durante el tiempo que hizo estas entrevistas. Brendan también se opuso a los ceses del IRA y al proceso de paz”.
Es real que Hughes sufrió alcoholismo y trastorno de estrés postraumático en los años previos a su muerte, pero se sintió decepcionado por la decisión de Adams de negar el papel que desempeñó en el conflicto. Hughes, que se consideraba un socialista revolucionario, sintió que, en efecto, Adams se había absuelto de toda responsabilidad moral por la guerra. “Eso significa que personas como yo… tenemos que cargar con la responsabilidad de todas esas muertes”, dijo Hughes al Proyecto Belfast.
Brendan Hughes no fue el único ex miembro del IRA que acusó a Adams de estar involucrada en la muerte de McConville. En 2010, Dolours Price le dijo al Irish Times que Adams había ordenado el asesinato de la viuda. Si bien el libro y la serie No Digas Nada muestran que fue la hermana de Price quien mató a McConville, Marian, que ahora tiene 70 años, niega cualquier participación en el hecho.
Adams negó las acusaciones de Price, acusándola de querer vengarse de él por haber elegido la política en lugar de la guerra paramilitar. La coartada de Adams contra las afirmaciones de ella y de Hughes fue que él estaba en prisión en el momento de la desaparición de McConville. Cuando más tarde se reveló que Adams había sido liberado en junio de 1972 para volar a Londres para las conversaciones de paz, dijo: “Me confundí con las fechas”.
La búsqueda de justicia y reconciliación en No Digas Nada
El legado de The Troubles continúa siendo una herida abierta en Irlanda del Norte. La firma del Acuerdo de Viernes Santo en 1998 marcó el fin de la violencia, pero no resolvió por completo las tensiones entre comunidades. Casos como el de McConville, aún sin resolver judicialmente, subrayan la complejidad de enfrentar el pasado sin avivar nuevas divisiones.
La historia oral conocida como el Proyecto Belfast permitió a antiguos combatientes del IRA y otros grupos compartir sus testimonios, revelando los dilemas morales y estratégicos de la lucha. Sin embargo, la falta de inmunidad legal para los participantes limitó su impacto, y muchas preguntas siguen sin respuesta.
No Digas Nada no solo cuenta la historia de un conflicto, sino que plantea preguntas fundamentales sobre lealtad, justicia y memoria. En un contexto global donde las divisiones étnicas y políticas persisten, la serie y el libro son un recordatorio de los costos humanos de la violencia y la importancia de la reconciliación. Para las familias como los McConville, la búsqueda de verdad y perdón sigue siendo una lucha interminable, mientras Irlanda del Norte navega su camino hacia una paz más duradera.
No Digas Nada está disponible en Disney+.