Pintora, feminista, activista, hermana, hija, esposa, amante: Frida Kahlo (1907-1954) fue una mujer indomable, una voz brutal para ella misma, para su país y su cultura y que, sobre todo, representa el poder del arte para cambiar la vida de un individuo y una comunidad entera. Gracias a una nueva película realizada por artistas, finalmente podemos escuchar su historia tal como debe ser escuchada: en sus propias palabras.
El documental Frida, estrenado en Prime Video -el debut como directora de Carla Gutiérrez (RBG de 2018)-, está saturada de un extenso archivo de fotografías, videos y audios, junto con la cobertura mediática contemporánea que uno esperaría de un documental completo. Pero Gutiérrez y su equipo incorporan estos materiales de origen dentro de una voz en off emocionante y poética en primera persona -lecturas sacadas directamente de los diarios ilustrados de Kahlo, cartas privadas, ensayos inéditos y entrevistas impresas-, junto con una serie de delicadas animaciones que aportan movimiento y dramatismo a las imágenes.
“Primero, exploramos cómo abordar la obra de arte, llevándola a su máxima expresión en términos de significado y color. Creo que cada cuadro tiene elementos extraordinarios que resaltan sus sentimientos”, dice la artista Sofía Cáceres. Renata Galindo añade: “Tuvimos que tener mucho cuidado. Nuestro primer enfoque fue separar la animación del arte de Frida porque son dos medios diferentes”. El resultado es un híbrido entre pintura y movimiento que logra un atractivo poético al tiempo que conserva la autoconsciencia de los originales.
El encanto de la animación da forma expresiva a una narración íntima, personal, ardiente, sensual, emocional, política, psicológicamente tensa. Los realizadores tuvieron acceso ilimitado a un mapa del tesoro global de materiales de archivo raros, muchos de los cuales nunca habían sido vistos en público: desde cajas polvorientas en áticos de San Francisco a cintas de audio de los años 70’s que todavía no habían sido desgrabadas.
Frida, el documental de una artista kamikaze
“Fue impactante para nosotros darnos cuenta de cuánto Frida podía llevar su propia historia porque no ha habido muchas entrevistas con ella, pero sí muchas cartas”, escribe Gutiérrez. “Tuvimos esta oportunidad de profundizar mucho más y presentar a la persona complicada y desordenada que era fuera de la imagen o símbolo en el que se había convertido”.
La productora Katia Maguire agrega: “Queríamos darle vida a su obra de arte de una manera que nunca antes habíamos visto. Y queríamos explorar su escritura. Frida fue una escritora bastante prolífica. Ella puso su corazón en su correspondencia con la gente porque era muy íntima y se conectaba muy fácilmente con la gente”.
“Las personas que vieron versiones anteriores de la película se sorprendieron por el humor y lo despectiva que podía ser Frida”, dice Gutiérrez. “Su descaro cuando hablaba del mundo, especialmente de Estados Unidos, hizo que mucha gente disfrutara viéndolo. Debido a que ella tan icónica, en cierto modo, es una persona confinada: es el símbolo del empoderamiento femenino o, a veces, es el símbolo de la sensualidad latina. Mucha gente pensaba en ella como alguien que pasó por mucho dolor y por eso la conocen. Lo emocionante para mí es ver los nuevos descubrimientos que la gente hará de ella gracias a la película”.
En el proceso de investigación, la directora descubrió materiales que habían estado en cajas durante 40 o 50 años. Gutiérrez descubrió que toda la investigación original de Hayden Herrera -quien escribió la biografía más importante de Kahlo- estaba guardada en cajas en el ático de su casa; habló con el nieto de Diego Rivera y una de las sobrinas nietas de Kahlo, Cristina; fue a San Francisco, donde un par de cineastas nonagenarios que habían hecho una película sobre Frida en 1976 les proporcionaron una caja de cintas de un cuarto de pulgada que necesitaban urgentemente ser digitalizadas. Así pudieron escuchar las entrevistas completas.
“Se ha trabajado mucho sobre Frida, ¡pero nadie aún no había conseguido este importante material de investigación!” se entusiasma Gutiérrez, quien está asombrado de que su “pequeña producción cinematográfica” haya podido contribuir con un regalo tan monumental a la historia del arte, sin mencionar a las nuevas generaciones de espectadores que redescubrirán a Frida Kahlo o lo harán por primera vez.
