Películas, documentales y cómics aumentaron el mito de Nirvana: esencia punk, melodías sofisticadas y toda la sensibilidad marginal que cabe en una canción.
Las canciones de Nirvana son parte de la banda sonora de más de cien películas. Melodías desesperadas y urgentes, que se desbordan a sí mismas para mostrar a qué huele la emoción de enfrentarte a un mundo que te dio la espalda.